• Ecografía

La ecografía en fisioterapia ha sufrido un gran avance en relativamente poco tiempo, debido en gran parte a que ha sido imprescindible su implantación al ir de la mano del desarrollo de la fisioterapia invasiva, que gracias a esta técnica se hace mucho más segura y eficaz.

Algunas de las aplicaciones más comunes de la ecografía en fisioterapia son:

1. Evaluación de lesiones musculares y tendinosas: Permite visualizar la extensión y gravedad de lesiones musculares, como distensiones o desgarros, y también evaluar tendinopatías.
2. Localización de puntos gatillo y problemas musculares: Ayuda al fisioterapeuta a identificar áreas de tensión y disfunción muscular.
3. Guía en procedimientos invasivos: En algunos casos, la ecografía se utiliza para guiar técnicas de punción, como la punción seca, la electrolisis o la neuromodulación percutánea.
4. Seguimiento del progreso terapéutico: La ecografía también puede utilizarse para monitorear la evolución de una lesión o el éxito de un tratamiento a lo largo del tiempo.
5. Evaluación y biofeedback: En algunos casos es una herramienta muy útil para observar el comportamiento dinámico de los tejidos y poder trabajar con el paciente a modo de feedback, ya que se puede apreciar la contracción de la musculatura en la pantalla del ecógrafo a tiempo real.

Una ventaja significativa de la ecografía es que es segura y no utiliza radiación ionizante, lo que la convierte en una opción preferida para el diagnóstico en mujeres embarazadas y en poblaciones más sensibles, como los niños. Sin embargo, debido a que las ondas de ultrasonido no pueden penetrar a través de hueso o aire, hay ciertas limitaciones en las áreas que pueden ser visualizadas.

Es importante tener en cuenta que la interpretación de las imágenes de ecografía requiere habilidades y experiencia por parte del fisioterapeuta, y el diagnóstico debe basarse en una evaluación completa que incluya la historia clínica, el examen físico y otros hallazgos clínicos relevantes.

• Neuromodulación

La neuromodulación en fisioterapia se refiere a una variedad de técnicas y enfoques terapéuticos utilizados para modular o influir en el sistema nervioso con el objetivo de tratar diversas condiciones musculoesqueléticas y neurológicas.

Estas técnicas buscan modificar la actividad del sistema nervioso, ya sea excitando o inhibiendo ciertas vías nerviosas, para mejorar la función y aliviar el dolor en el paciente.

En la Clínica Maslow contamos con los dispositivos más novedosos para la realización de esta técnica ya sea de manera invasiva o no invasiva, siendo pioneros en la utilización de los dispositivos KEYTEC, un aparto de Neuromodulación Bioadaptativa que no sólo actúa como un potente analgésico no invasivo, sino que es capaz de regular el sistema nervioso autónomo para poder mejorar estados de desregulación del sistema nervioso simpático y parasimpático, ayudando en trastornos del ánimo, del sueño o problemas funcionales digestivos entre otras muchas cosas.

• Magnetoterapia

La magnetoterapia es una técnica de larga tradición en el campo de la fisioterapia, se basa en la aplicación de campos magnéticos estáticos o pulsados sobre el cuerpo con el propósito de promover la recuperación y el alivio de diversas afecciones musculoesqueléticas.

La magnetoterapia se utiliza con frecuencia para tratar una variedad de condiciones, siendo la técnica de elección para aumentar el metabolismo del hueso, indicada especialmente para acelerar el proceso de consolidación de fracturas y la recuperación de los edemas óseos entre otras situaciones como esguinces, distensiones, bursitis, tendinitis y artritis.

También puede ser un excelente aliado en patología de dolor crónico: Como el dolor de espalda, el dolor en articulaciones y otros trastornos dolorosos, osteoartritis y artritis reumatoide.

La magnetoterapia es una técnica no invasiva, indolora y muy segura. Los tratamientos suelen ser llevados a cabo en sesiones periódicas, dependiendo del tipo de afección y la gravedad de los síntomas. El tiempo de tratamiento puede variar desde unos 20 minutos hasta varias horas.

Es importante tener en cuenta que la magnetoterapia no debe utilizarse en personas con dispositivos médicos implantados (como marcapasos) o en mujeres embarazadas.

• Electrolisis

La electrolisis percutánea es una técnica avanzada utilizada en fisioterapia fundamentalmente para el tratamiento de lesiones tendinosas crónicas, como las tendinopatías. También se conoce comúnmente como EPI, EPM o EPTE según sus diferentes nombres comerciales, siendo EPI el nombre de la técnica original creada por el Dr. José Manuel Sánchez.

La EPI consiste en la aplicación de corriente eléctrica a través de una aguja de acupuntura que se introduce en el tejido blando lesionado, como un tendón o un ligamento. El objetivo principal de esta técnica es promover la regeneración del tejido dañado y estimular la respuesta de curación del cuerpo.

El procedimiento de EPI generalmente sigue los siguientes pasos:

1. Evaluación y diagnóstico: Antes de realizar la EPI, el fisioterapeuta realiza una evaluación exhaustiva del paciente, que puede incluir un examen físico, una historia clínica detallada y, en algunos casos, pruebas de diagnóstico por imágenes como la ecografía para confirmar la presencia de la lesión y guiar la colocación de la aguja.
2. Preparación del paciente: El paciente se coloca en una posición adecuada para el acceso a la zona afectada. Se limpia y desinfecta la piel en el área donde se insertará la aguja para reducir el riesgo de infección.
3. Introducción de la aguja: Con la ayuda de la ecografía, el fisioterapeuta guía la aguja de electrolisis hacia el área exacta de la lesión. La aguja es muy fina y se inserta con cuidado para minimizar la incomodidad del paciente.
4. Aplicación de la corriente eléctrica: Una vez que la aguja está correctamente colocada, se conecta a un dispositivo que suministra corriente eléctrica de baja intensidad. Esta corriente eléctrica crea un proceso de electrólisis en el tejido lesionado, lo que significa que se producen reacciones químicas en el lugar de la lesión. Esto promueve la regeneración celular y la reparación del tejido dañado.
5. Retirada de la aguja: Una vez que se ha aplicado la corriente eléctrica durante el tiempo necesario, se retira cuidadosamente la aguja.
6. Post-tratamiento: Después de la EPI, el paciente puede experimentar enrojecimiento o molestias en el área tratada. El fisioterapeuta puede proporcionar recomendaciones para el autocuidado y la rehabilitación, como ejercicios específicos para fortalecer el área afectada y facilitar el proceso de recuperación.

La electrolisis es una técnica especializada que debe ser realizada por fisioterapeutas debidamente capacitados y con experiencia en su aplicación.

• Ondas de choque

Las ondas de choque en fisioterapia son una técnica terapéutica no invasiva que utiliza ondas acústicas de alta energía para tratar diversas afecciones musculoesqueléticas y tendinosas. Esta técnica también se conoce como «terapia de ondas de choque extracorpóreas» (TOCE) o «terapia de ondas de choque focalizadas» (TOCF).

El procedimiento de las ondas de choque generalmente sigue los siguientes pasos:

Antes de iniciar el tratamiento con ondas de choque, el fisioterapeuta realiza una evaluación exhaustiva del paciente, que puede incluir un examen físico, una historia clínica detallada y, en algunos casos, pruebas de diagnóstico por imágenes, como la ecografía, para confirmar la presencia de la lesión y guiar la aplicación de las ondas de choque.

El paciente puede sentir sensaciones de presión o pulsaciones en el área tratada, pero generalmente es bien tolerado.

Efectos terapéuticos: Las ondas de choque generan una serie de efectos biológicos en el tejido tratado, incluyendo:

• Estimulación de la circulación sanguínea en la zona lesionada, lo que favorece la oxigenación y nutrición de los tejidos y la eliminación de desechos metabólicos.
• Estimulación de la actividad celular y la producción de factores de crecimiento, lo que promueve la reparación y regeneración del tejido.
• Reducción del dolor al disminuir la transmisión de las señales de dolor en las terminaciones nerviosas.
• Descomposición de depósitos de calcio o fibrosis en los tendones, lo que facilita la resolución de tendinopatías y calcificaciones.

Las ondas de choque son una opción terapéutica eficaz para el tratamiento de diversas afecciones musculoesqueléticas, como tendinopatías crónicas, fascitis plantar, espolón calcáneo, y dolor en el hombro, codo y rodilla. Sin embargo, no es adecuada para todos los casos, y su aplicación debe ser realizada por fisioterapeutas capacitados y con experiencia en el uso de esta técnica. La frecuencia y el número de sesiones de tratamiento varían según la afección y la respuesta del paciente. Siempre es importante consultar a un profesional de la salud antes de iniciar cualquier tratamiento de fisioterapia.

• Electromiografía de superficie

La electromiografía de superficie (EMG de superficie) es una técnica utilizada en fisioterapia para evaluar la actividad eléctrica de los músculos superficiales durante la contracción y el movimiento. A diferencia de la electromiografía de aguja, que es una técnica invasiva que implica la inserción de agujas en el músculo, la EMG de superficie no es invasiva y utiliza electrodos colocados en la piel sobre los músculos de interés.

El objetivo principal de la EMG de superficie es proporcionar información sobre cómo se activan los músculos en tiempo real durante la actividad física, lo que permite al fisioterapeuta evaluar la función muscular y detectar posibles desequilibrios o patrones de activación anormales. Esta información es valiosa para el diagnóstico y el diseño de planes de tratamiento personalizados.

El procedimiento de EMG de superficie generalmente sigue los siguientes pasos:

1. Preparación del paciente: El paciente se prepara para el estudio, lo que implica limpiar la piel en las áreas donde se colocarán los electrodos. Esto asegura una buena conducción eléctrica entre la piel y los electrodos.
2. Colocación de electrodos: El fisioterapeuta coloca unos electrodos adhesivos sobre los músculos específicos que se desean evaluar. Estos electrodos detectan la actividad eléctrica generada por las células musculares durante la contracción.
3. Ejecución de la actividad física: El paciente realiza una serie de movimientos o ejercicios indicados por el fisioterapeuta mientras los electrodos registran la actividad eléctrica de los músculos para evaluar la actividad muscular en diferentes situaciones.
4. Registro y análisis de datos: Durante el estudio, la actividad eléctrica registrada por los electrodos se convierte en señales que se muestran en una pantalla o se registran para su posterior análisis. El fisioterapeuta analiza estos datos para identificar patrones de activación muscular, áreas de debilidad, compensaciones musculares y otros aspectos relevantes para la evaluación del paciente.
5. Interpretación y aplicación en el tratamiento: El fisioterapeuta interpreta los resultados de la EMG de superficie y utiliza esta información para diseñar un plan de tratamiento específico que aborde las áreas de preocupación y mejore la función muscular y el rendimiento del paciente.

La EMG de superficie es una herramienta muy útil en fisioterapia para el análisis objetivo de la función muscular y monitorear el progreso del paciente a lo largo del tiempo.

• Radiofrecuencia:

La radiofrecuencia en fisioterapia consiste en la aplicación de ondas electromagnéticas de alta frecuencia para tratar diversas afecciones musculoesqueléticas. Estas ondas generan un campo eléctrico que induce calor en los tejidos profundos del cuerpo, lo que puede tener varios efectos beneficiosos en el proceso de rehabilitación y recuperación.

Los principales efectos terapéuticos de la radiofrecuencia en fisioterapia son:

1. Alivio del dolor: La radiofrecuencia puede aumentar la circulación sanguínea y promover la liberación de endorfinas, lo que ayuda a reducir la percepción del dolor. Además, el calor generado por la radiofrecuencia puede inhibir las señales nerviosas asociadas con el dolor, brindando un alivio analgésico.
2. Mejora de la circulación: La aplicación de radiofrecuencia puede aumentar el flujo sanguíneo en la zona tratada, lo que favorece la oxigenación y nutrición de los tejidos, así como la eliminación de desechos metabólicos.
3. Relajación muscular: La radiofrecuencia puede ayudar a reducir la tensión y el espasmo muscular, al tiempo que mejora la flexibilidad y la amplitud de movimiento.
4. Reducción de la inflamación: El calor generado por la radiofrecuencia puede ayudar a reducir la inflamación en tejidos blandos y articulaciones.
5. Promoción de la cicatrización: La radiofrecuencia estimula la producción de colágeno y otras proteínas involucradas en la reparación de tejidos, lo que puede favorecer la cicatrización de lesiones.
6. Flexibilización de tejidos: El calor de la radiofrecuencia puede ayudar a relajar y flexibilizar tejidos conectivos, lo que es especialmente útil en tratamientos de contracturas y adherencias.

Esta tecnología se utiliza para una amplia gama de condiciones, incluyendo lesiones musculares, tendinopatías, contracturas, artritis, lesiones deportivas y otras afecciones crónicas y agudas. Es una técnica no invasiva y bien tolerada por los pacientes.

Es importante destacar que la aplicación de la radiofrecuencia en fisioterapia debe ser realizada por fisioterapeutas debidamente capacitados y con conocimiento en el uso adecuado de esta técnica.

• Camilla de tracción vertebral:

Esta camilla motorizada junto al aparato de tracción es capaz de imprimir unas descompresiones vertebrales controladas tanto a nivel lumbar como cervical.

La principal diferencia con otros métodos de tracción es que con este método se puede ajustar con precisión la fuerza del estiramiento vertebral y no sólo realizar una descompresión, sino un bombeo de las estructuras vertebrales, ya que el bombeo es mucho más terapéutico para nuestras articulaciones que un estiramiento mantenido.

Este tratamiento se puede realizar de manera complementaria a otras técnicas en una sesión, o realizando sesiones exclusivas de tracción vertebral si el caso así lo requiere.

Las principales aplicaciones de esta tecnología son para:

1. Hernias y protusiones discales: tanto cervicales como lumbares.
2. Artrosis de la columna vertebral.
3. Síndromes facetarios.
4. Dolor general de espalda.

No te vamos a engañar, este tratamiento puede ser muy útil, pero para un correcto tratamiento de estas patologías lo ideal suele ser complementarlo con ejercicio terapéutico y otro tipo de terapias de las que se te informará según tu caso.

Es importante destacar que la aplicación de la tracción vertebral debe ser realizada por fisioterapeutas debidamente capacitados y con conocimiento en el uso adecuado de esta técnica.